De pequeña me
mordía las uñas, y mi madre intento de todo, líquidos de la farmacia, jabón en
las uñas y todo lo que se le ocurría u otra madre le aconsejaba, pero no pare
hasta que un día por casualidad sobre los catorce años vi a un señor con los
dedos deformados y me asuste mucho, pensé que la causa había sido que se había
mordido las uñas, y con mucho esfuerzo
pare de morderme las uñas pensando que lo mismo podría pasarme a mí.
Esta semana
os traigo unos consejos de Esther Santos, Pedagoga infantil y gran amiga sobre que hacer para ayudar a un niño a parar de morderse las uñas, espero que
os sean de ayuda.
ONICOFAGIA (MORDERSE LAS
UÑAS)
La onicofagia suele darse a
partir de los tres años de edad como sustitución del chupete y puede alargarse
hasta la edad adulta.
Algunas de las causas por las que los niños se comen
las uñas son: falta de auto-confianza, celos,
ansiedad, frustración, impaciencia, o imitación de modelos, es decir, han visto
este mismo hábito en gente allegada a ellos (padres, hermanos, amigos…) a los
que copia.
¡Qué hacer para eliminar este mal hábito!
Existen distintas técnicas
que posiblemente conozcáis como son:
-Recurrir a las aplicaciones
para uñas de aceite de sabor desagradable, aunque si lo usas de forma regular
se acostumbrará y dejará de ser efectivo.
-Pintarle las uñas con laca
del color que quiera él o ella les motivará a no mordérselas para no
estropeárselas. Pero cuidado con esto, las lacas son abrasivas para las uñas
así que no lo uséis a menudo.
Con estas técnicas podéis
conseguir que no se muerda las uñas durante un momento del día, pero no se
suele eliminar el problema porque no estáis incidiendo en la causa. La causa
sigue existiendo, por lo que para conseguir que el niño no se muerda las uñas
se ha de empezar por:
Observar al niño. Ver cuándo
sucede, en qué situaciones se da el hecho con mayor frecuencia, analizar el
estado de ánimo del niño, observar el momento del día en el que más se produce
(mañana, tarde, noche) y cuántas veces se da durante el día. Todos estos datos os
pueden esclarecer las causas y por tanto, trabajando sobre la causa podréis
solucionar el problema.
Ejemplo: Tenéis una cena de amigos en casa y previamente
habéis observado que vuestro hijo se muerde las uñas compulsivamente cuando se
encuentra rodeado de mucha gente, quizás porque todavía le cuesta asimilar
cambios en sus rutinas creándole estrés o porque está acostumbrado a ser el
centro de atención y esa noche sus papás se centran en sus amigos y no en él,
creándole frustración… ¿Qué debes hacer?
Avisarle con tiempo de esa cena, que vaya asimilando la
situación a su ritmo, decirle quienes van a ser los asistentes y hablarle de
ellos, comentarle que no sólo va a tener el cariño de papá y mamá sino también
de sus amigos. En definitiva, darle la confianza que necesita para superar la
situación sin necesidad de tener que echar mano a su recurso (morderse las
uñas).
Recordad que el crear un buen hábito es un proceso y requiere
de tiempo, no esperéis que deje de morderse las uñas en la primera cena. Lo que
sí que tenéis que observar es si con lo que le habéis dicho se ha mordido menos
veces las uñas esa noche. Si esto es así, significará que vais por buen camino.
Explicar al niño las consecuencias
de la onicofagia. (Queda feo, a mamá no le gusta, te estropea los dientes y
tienes que ir al dentista, te haces heridas y duelen, están sucias y puedes
ponerte malo…)
También contarle ventajas.
(Puedes despegar las pegatinas mejor, coger cosas finas con mayor facilidad,
rascarte cuando te pica…)
Cada vez que le veáis
morderse las uñas, no regañarle ni castigarle ya que podríais empeorar su
conducta. Le debéis recordar que este hábito es malo (volver a explicar las
consecuencias). Decirle que mamá no lo hace y papá tampoco viene bien ya que
sois sus modelos a imitar.
Cambiar la asociación que
tenga hecha en su mente. Por ejemplo, el niño ha establecido una asociación (nervios
= a comerse las uñas). Intentar, introducir otra asociación (nervios = contar
hasta tres y respirar profundamente).
Enseñarle fotos de manos con
uñas mordidas y otras que no para que pueda comparar y elegir la que le guste
más. Luego, podéis colgar la foto que elija en su dormitorio. A ver si decide
por él mismo que quiere tener las uñas como las de la foto que escogió.
Elogiar a las personas que
tengan unas uñas bonitas delante del niño como si él no estuviese allí.
Mencionar lo que puedes y no
puedes hacer, teniendo o no uñas, en situaciones cotidianas. Ejemplo: Di “me
pica el brazo. Qué bien que no me como las uñas y puedo rascarme”.
Pedir que os apoyen los
familiares en la tarea.
Texto escrito por Esther Santos, Pedagoga Infantil. Si queréis preguntar sobre este tema, no dudéis en poneros en contacto escribiendo a happykidtime@gmail.com
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